Uno de los puntos más importantes en la estructura de nuestros huesos son las células óseas, las cuales como su nombre nos indican forman parte importante del tejido de los huesos. Dichas células se componen de varias, partes por lo que es importante conocer cada una de ellas, para lograr tener un mejor entendimiento de la misma.
¿Qué son las células óseas?
Tabla de contenidos
Tal como su nombre nos indica las células óseas, son aquellas que forman parte del tejido que forma los huesos, debemos tener muy claro que el hueso es un tejido vivo que está constantemente realizando cambios, los cuales se dan a lo largo de su vida.
Al ver el hueso, lo primero que se nos viene a la mente es que se trata de una estructura dura y firme, y tenemos razón, no obstante este tiene células justo en su interior. Debido a esto se trata de un tejido vivo, que está constantemente realizando campos.
Estructura del tejido óseo
Cuando hablamos del tejido óseo, hacemos referencia al tejido conjuntivo, que está catalogado como la parte principal de los huesos en los vertebrados. Se trata de un elemento compuesto por células y componentes extracelulares calcificados, que forman la matriz ósea.
En lo que respecta a la estructura de este tejido, la podemos dividir en dos tipos, el primero que sería su porosidad y el segundo que vendría siendo su forma compacta. Empezando por lo que sería su porosidad, esta es la que se encuentra dentro del hueso, y la cual forma cavidades que dan soporte al tejido que produce las células de la sangre, sobre todo cuando los huesos tienen un mayor volumen, es decir, se trata de la médula ósea.
Al hablar de hueso compacto, se refiere a aquel con el objetivo de proteger usando su firmeza, debido a esto y contrario al primero se encuentra en la superficie. Se trata de un tejido formado por una matriz orgánica, que es construida principalmente por colágeno donde se encuentran otras proteínas como albúmina y proteoglicanos.
Asimismo podemos encontrar proteínas de señalización y una matriz mineral, donde el principal componente es el calcio. De hecho los huesos contienen el 99% de los 2 kilos de calcio que tiene el organismo.
Al momento de que los hueso se forman los cristales se van depositando sobre el armazón del colágeno, de este modo es que se forma una estructura con la firmeza y dureza, para hacerlos sumamente resistentes.
Tipos de células óseas
Las células óseas se pueden dividir en distintos tipos, los cuales son fundamentales para darle las características a los huesos. Para tener un mejor entendimiento de lo mencionado, pasaremos a definir en detalle cuales son los diferentes tipos de células óseas;
Células osteoprogenitoras
En este caso hablamos de células que se definen como no especializadas, las mismas surgen a partir de las células de origen mesénquimas, es decir, son iguales a las de los tejidos conectivos. Estas son células que en su momento pasan por una diferenciación en células formadas de huesos, donde se forma una colonia celular.
Dichas colonias, tienen un potencial limitado para proliferar y diferenciarse, siendo estas las conocidas células osteoprogenitoras. Estas células poseen gran potencial para diferenciarse hacia condroblastos y osteoblastos. Son células óseas que persisten hasta la vida postnatal y se pueden encontrar en casi toda la superficie del hueso.
A todo esto hay que mencionar que en la fase de crecimiento de los huesos, estas células tienen algo en particular, y es que son mucho más activadas. De hecho, esta peculiaridad también está presente cuando se sufre de alguna lesión en el hueso. Aparte está células proliferan y se diferencian, dando nuevos osteoblastos para el tejido, el cual se reduce cuando se está llevando a cabo el proceso de remodelación.
Osteocito
Entre las células óseas encontramos los osteocitos, que son consideradas las células más comunes en los huesos. Los mismos son el resultado de la mineralización de la matriz del colágeno, ya que los osteoblastos se separan y se quedan en el nuevo hueso, por lo que se convierten en los osteocitos.
Hay que indicar que cuando este proceso ocurre, se desarrollan prolongaciones que le dan un aspecto de estrella, quedando las células y sus prolongaciones encerradas en pequeñas lagunas que se comunican entre sí.
Osteoclastos
En este caso hablamos de células óseas que tienen la labor de llevar a cabo la resorción del hueso. Para llevar a cabo esta tarea usa su capacidad de adherirse al tejido óseo y luego liberar sustancias ácidas, que tienen la capacidad de reabsorber la matriz orgánica, gracias a esto facilita la degradación de los cristales minerales.
Cuando este proceso se lleva a cabo se controla la acción hormonal, por lo que las hormonas como la parathormona y la vitamina D estimulan la activación de los osteoclastos. Mientras todo este proceso ocurre los estrógenos y calcitonina se reducen.
La función de estas células es de suma importancia, sobre todo en las etapas en las cuales hay crecimiento o remodelación de los huesos. Un claro ejemplo es en los niños, en los cuales hay una alta actividad de resorción en su interior y de formación de nuevos huesos en el exterior. Dicho proceso es imprescindible que se cumpla mientras ocurre el crecimiento.
En lo que respecta a la etapa adulta una mayor actividad de los osteoclastos, en comparación con los osteoblastos ocasiona un balance negativo. Si esto ocurre hay una disminución de la matriz mineral del hueso.
Osteoblastos
Por último tenemos los osteoblastos, que son células óseas que se encargan de fabricar la matriz orgánica del colágeno, debido a esto se encuentra ubicada en la superficie del hueso, pero también en los sitios donde se requiera su nueva formación.
Cuando apenas están en sus inicios estas células óseas tiene una forma cúbica, las cuales al ser observada por medio de un microscopio se evidencia que las estructuras celulares encargadas de la síntesis y liberación de proteínas, se disponen hacia la zona donde se está fabricando el hueso.
Durante este proceso el núcleo y las otras estructuras, se disponen hacia el lado contrario. Al momento de que la estructura queda calcificada, estas células quedan atrapadas en una cámara ósea, para luego convertirse en un osteocito.